![]() En la empresa moderna, resulta crítico fomentar la comunicación clara en los equipos y crear una cultura de feedback, o retroalimentación, que contribuya a generar altos niveles de confianza y mejor rendimiento en los grupos de trabajo. Pero ¿cómo lograrlo? Muchos líderes, cuando piden feedback, reciben silencio. Cuando yo lideraba equipos, muchas veces al pedir retroalimentación recibía o un "todo bien" o un "nada que mejorar". Podría haber estado contenta pero sabía que los miembros del equipo tenían ideas de mejora y quería que se sintieran cómodos compartiendo su feedback. ¿Por qué no se comparten las ideas? En su libro La sorprendente ciencia de las reuniones, el profesor Steven Rogelberg habla de la aprobación social y su rol en la creación de una cultura de feedback abierta. Esta aprobación social es tan poderosa que según un estudio científico, hace que los participantes con información relevante solo la aporten en un 20% de los casos. Debemos reconocer, por lo tanto, que el acto de proporcionar feedback implica riesgos. Riesgo de ser rechazado, riesgo de no ser escuchado, riesgo de ser criticado... en fin, el riesgo de perder la aprobación social. O sea, como dice Ruben Blades, "...a veces es mejor callar..." Como líderes, tenemos que trabajar para minimizar el riesgo percibido. Y esto se logra, como tantas cosas, a través de la práctica. Hay que ejercer el músculo del feedback para que vaya aumentando su fuerza. Un primer paso Una práctica simple pero poderosa que enseñamos en nuestros cursos es lo que llamamos la Evaluación Express. Es una manera simple de introducir y practicar la retroalimentación. En el mejor de los casos, se establece su uso como hábito al final de todas las reuniones. Se trata de reservar unos minutos al final para realizar dos rondas de todos participan (preguntando uno por uno a cada participante). En la primera ronda les pides que expresen en sólo 2 o 3 palabras lo que les gustó de la reunión. En la segunda les pides que expresen en sólo 2 o 3 palabras lo que se puede mejorar (o hacer de forma diferente) para la próxima reunión. La clave es hacerlo rápido y sencillo, captando simplemente las respuestas, sin discutir ni juzgar. En una siguiente reunión puedes someter a votación algunas de las ideas de mejora captadas en las anteriores evaluaciones express. De esta manera, se refuerza que el feedback se escucha y se toma en cuenta. Si lo mantienes en todas tus reuniones, verás como la retroalimentación se convierte en un hábito, y empieza a ser parte de la cultura del equipo. Pruébala y déjanos un comentario abajo sobre cómo te ha ido.
1 Comentario
El tema del post es importantísimo, y complicado, ya que es difícil dar feedback de forma constructiva, y es aún más difícil escuchar el feedback de otros con una actitud constructiva, sin tomarlo como un ataque personal.
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AutorESDavid y Maura comparten temas de liderazgo de reuniones. Haz tu comentario! Archivos
March 2020
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